jueves, 7 de octubre de 2010



Impulsan nuevo desarrollo para el aprovechamiento de desechos pesqueros



El INTI-Mar del Plata trabaja en la producción de quitosano a partir de los exoesqueletos de camarones y langostinos que hasta ahora constituían un desecho de la industria pesquera: tiene más de 200 usos posibles.

A partir de una propuesta de desarrollo generada por el Subprograma de Microbiología del INTI, a cargo del Dr. César Melton Libenson, el laboratorio de Microbiología del INTI-Mar del Plata trabajó en el desarrollo y puesta a punto de una metodología simple para aislamiento y caracterización del biomaterial denominado Quitosano.

El quitosano es un polisacárido que se obtiene a partir de Quitina. La quitina, se encuentra ampliamente distribuida en la naturaleza, formando parte del exoesqueleto de invertebrados, especialmente en la caparazón de crustáceos (camarones, langostas, cangrejos y krill) y en algunos hongos. Este biomaterial, es el segundo polisacárido natural más abundante en la naturaleza, después de la celulosa. El quitosano, que se obtiene mediante la desacetilación de la quitina, posee un gran potencial de uso, con posibles aplicaciones en muchos campos de la industria. El quitosano es un biopolímero catiónico, el cual es biocompatible, biodegradable, no tóxico, filmogénico y tiene propiedad emulsionante, absorbente, adsorbente, antimicrobiana, antiviral y antifúngica.

En la actualidad, los exoesqueletos de camarones y langostinos, constituyen un desecho de la industria pesquera sin aprovechamiento alguno. En Mar del Plata, este residuo no tiene ninguna aplicación específica y se destina a la producción de harina de pescado. Por otra parte, en otras zonas del país con mayores volúmenes de captura y procesamiento, como por ejemplo rías de Bahía Blanca, la disposición inadecuada de estos residuos sin tratamiento, tiende a generar un problema de contaminación ambiental debido a la bioacumulación de materia orgánica.

Una alternativa interesante para su tratamiento es la producción de quitina y quitosano, los cuales son polímeros naturales (bioproductos) cuyo estudio reviste cada vez mayor interés por su enorme campo de aplicación con más de 200 usos posibles. Algunos de estos usos, aun en estudio, son: en el campo de la agricultura (recubrimiento de semillas para su conservación, sistemas liberadores de fertilizantes), en medicina (producción de gasas, vendajes, hilos de sutura, en farmacología (aditivo bactericida, agente hidratante), en la industria de alimentos (preservante, antioxidante, emulsionante, estabilizante de color), en biotecnología (soporte para la inmovilización de enzimas, biosensores, reemplazo de productos plásticos), para el tratamiento de aguas (coagulante para aguas residuales, captura de metales pesados y pesticidas), y también en la fabricación de papel y productos textiles, entre otros.

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